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Es siempre muy lamentable perder a un excelente colaborador; pero cuando ese colaborador es además un amigo, la pérdida es irrecuperable. Si ese colaborador y amigo es además un gran ser humano, inteligente, brillante, entonces quedamos devastados.
Pablo Cintolesi fue todo eso y más: gran colaborador, mi amigo y todo un personaje. Fue el cerebro tras la creación de El Estetoscopio, de este Boletín Electrónico, de nuestra página web y del desarrollo de múltiples proyectos destinados a hacer mas grande y útil nuestra Sociedad Chilena de Pediatría.
Por eso, hoy nuestro desafío es engrandecer su legado con el trabajo aplicado, dedicado y serio de todos nosotros, para que su temprana partida tenga un sentido: haber sentado la semilla de una mejor y efectiva forma de apoyar a los integrantes de esta querida familia, de la que también formó parte, nuestra Sochipe.
Francisco Moraga M. |
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MARZO 2010
