Los beneficios de la música para los niños
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 14El niño que vive en contacto con la música aprende a convivir de mejor manera con otros niños. Entonar canciones a los bebés y escuchar música con ellos, no solo desarrolla un fuerte vínculo afectivo y estimula su inteligencia emocional, sino que también favorece la capacidad de los niños para mejorar su atención y la concentración, potenciando así su rendimiento en la escuela. Además, permite un mayor desarrollo intelectual, auditivo, sensorial, del habla y habilidades motoras.
No solo podemos cantar o ponerle canciones de cuna a los bebés, porque también tienen capacidad para disfrutar y recordar otros tipos de música. En general, se recomiendan canciones de letras sencillas y repetitivas que incluyan onomatopeyas (imitación o recreación del sonido de algo en el vocablo que se forma para significado o vacablo que imita o recrea el sonido de una cosa o acción, ejemplo; “clap, clap, clap” para indicar el sonido de un aplauso, o “toc, toc, toc”, al tocar una puerta), y canciones infantiles para bailar. Puedes cantar al bebé, jugar a las palmas o enseñarle a hacer ritmos con la voz o partes del cuerpo.
A los niños les encanta la música. A través de las canciones infantiles en las que las sílabas son rimadas y repetitivas, y acompañadas de gestos que se hacen al cantar, el niño mejora su forma de hablar y de entender el significado de cada palabra. Y así, se alfabetizará de una forma más rápida.
Como decíamos, también le ayuda a concentrarse y mejora su capacidad de aprendizaje en otras disciplinas, como las matemáticas. Además, facilita a los niños el aprendizaje de otros idiomas, potenciando su memoria.
Con la música, la expresión corporal de tu hijo se ve más estimulada. Los niños utilizan nuevos recursos al adaptar su movimiento corporal a los ritmos de diferentes obras, contribuyendo de esta forma a la potenciación del control rítmico de su cuerpo. A través de la música, el niño puede mejorar su coordinación y combinar una serie de conductas.
Ponlo boca arriba y mueve sus manos para que pueda bailar mientras tú le cantas. Lo puedes cargar y abrazar en tu regazo entonando otros ritmos infantiles.