“SÍNDROME DEL EMPERADOR”: NIÑOS CONSENTIDOS EN CASA
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 48Si tu hijo no acepta un no por respuesta y está siempre enojado porque no consigue lo que quiere, probablemente tenga el “Síndrome del Emperador”. Esto quiere decir que como padres y familia hemos basado su crianza y educación en consentir todos sus deseos y permitirle todas sus acciones, lo que lo ha llevado a ser intolerante a la frustración, a no aceptar opiniones diferentes a las suyas, generándole problemas de convivencia con los demás como rabietas, agresividad o enfrentamientos y peleas habituales con personas de su entorno.
Un niño al que no se le ha preparado emocionalmente en forma adecuada frente a los desafíos y barreras que encontrará en el mundo, a menudo se muestra enojado, insatisfecho, infeliz, a la vez de dependiente de los demás. Los niños con carencias en el control de sus respuestas frente a desafíos lo pasan muy mal, les cuesta asumir autonomía en sus actos porque siempre se le han dado las cosas sin tener que esforzarse por lo que no aprende a vencer desafíos por sí solos, haciéndose muy dependientes de terceros; les cuesta mucho adquirir habilidades sociales porque no saben responder frente a un conflicto y son muy reticentes a asumir responsabilidades, como ordenar su habitación, por poner un ejemplo.
Cuando el niño aprende que cuando le dicen “no” se transforma de inmediato en un “si” tras un pequeño reclamo, o que un “no se toma” se transforma en “tómelo no más”, o un “eso no se hace” cambia a un “hágalo, está bien”, primero reacciona confundiéndose y luego esa confusión se transforma en duda, incredulidad y desconfianza hacia quienes le dan esas instrucciones contrapuestas, ya que aprende a que le mientes. Tras esa desconfianza, que los adultos disfrazamos de “mi hijo me maneja” o “es manipulador”, se esconde un niño que lo está pasando muy mal, que desconfía de quienes lo cuidan, haciéndolo un niño confundido, irritable, malhumorado y, por lo tanto, con un comportamiento hostil frente a una negativa o a una prohibición. Visto de afuera, se parece a un pequeño tirano, de ahí la denominación de “Síndrome del Emperador”, situación que ha ocurrido porque sus padres han eludido su responsabilidad de guiarlo en poner normas y límites, afectuosamente pero con consistencia, y así tenemos que tras un niño con este comportamiento en realidad tenemos un niño muy vulnerado, que para que recupere la confianza en sus cuidadores y vuelva a tener el comportamiento de un niño sano puede pasar mucho tiempo y se requerirá un fuerte apoyo al grupo familiar.
Pareciera que los padres se centran en proveer al niño de la mayor parte de cosas materiales que pide, en un afán de compensar la falta de tiempo que se le dedica, y se opta por entretenerle con la tablet o el celular, con lo cual se deja de lado la educación en valores, el acompañamiento y la crianza respetuosa, traspasando esta responsabilidad a la televisión o internet. Lo que el niño aprende así es a estar permanentemente a la defensiva, a no tolerar fracasos o prohibiciones, a estar emocionalmente muy solo, pero con muchas cosas. Y esto es lo que hay que evitar.
Pautas para evitar niños con rezagos emocionales en casa
Hay que evitar errores en la educación de nuestros hijos que generen niños emocionalmente afectados, que pierden la oportunidad de ser contenidos por sus familias y recibir un apoyo afectivo respetuoso:
- Educar a los hijos desde la autoridad y el cariño.
- Tener normas coherentes, claras, realistas y adecuadas a su edad, que tengan consecuencias por su incumplimiento.
- Ser firmes y consecuentes, desde el amor.
- Evitar ceder en las situaciones difíciles: con afecto, pero con convicción.
- Ofrecerles una educación rica en valores positivos.
- Darles la oportunidad de tropezar, caer y equivocarse, estando al lado para ayudarlos, reintentar y contener.
- Aceptar a los hijos de manera incondicional.
- Dar espacio a la comunicación, hablar de todo, compartir tiempo con ellos.
- Evitar rendirse en el empeño de educarlos, compartir intereses, preocuparnos por sus aficiones y gustos.
Si ya has detectado que tu hijo padece este síntoma ¿qué puedes hacer para reconducir la situación? Lo importante es reconocer que esto está ocurriendo, no te culpabilices, establece nuevas normas familiares e implica al colegio para revertirlo. No pienses que tu hijo es malo, pero sí que sufre emocionalmente y el establecer límites concretos para que crezca con valores como el respeto, el cariño y el esfuerzo, y así aprenda a considerar lo que tienen alrededor, mostrándoles un camino claro y seguro, que fortalecerá su autonomía y desarrollo integral.