LA TIMIDEZ DE TU HIJO SE PUEDE APOYAR, SIN IMPONERLE ACCIONES
Fuente: Diario Mi Hijo Ed. 51Algunos niños se esconden tras la mamá cuando les habla un desconocido, evitan participar en actividades en grupo o se muestran retraídos y temerosos ante nuevas situaciones. Esto sucede porque los supera la timidez.
La timidez infantil puede aparecer a partir del primer año de vida, justo cuando se inician los miedos a separarse de los padres. Se trata de una respuesta lógica del pequeño ante lo desconocido, reacción habitual y normal en esta etapa de crecimiento.
El niño tímido suele mostrar las siguientes actitudes:
- Intenta evitar a las personas que no le resultan familiares.
- Prefiere estar solo antes que integrarse en un grupo.
- Si está con otros menores, suele ser muy callado y poco participativo.
- Se muestra temeroso y receloso con todo lo que desconoce.
Los padres deben estar alerta ante estas señales, con el fin de evitar que estos primeros signos de timidez puedan acrecentarse y derivar más adelante en una dificultad para establecer relaciones sociales.
El origen de la timidez infantil
Un niño puede nacer con un carácter más retraído, pero también se puede desarrollar este tipo de comportamiento. Algunos bebés nacen con una predisposición para ser tímidos, suelen mostrarse más callados, vigilantes e inquietos ante situaciones nuevas. Sin embargo, gracias a la intervención positiva de los padres y su entorno, estos pequeños pueden superar esta cualidad de nacimiento y no son tímidos cuando crecen. El factor genético, por tanto, influye pero no es determinante. Otros niños pueden desarrollar este rasgo de su personalidad a raíz de experiencias sociales negativas o de unas condiciones familiares inadecuadas.
La importancia del entorno familiar
La familia es el pilar más importante en el que se apoya el menor durante su infancia, de modo que todo lo que ocurre en el hogar puede influir en el desarrollo posterior de su carácter y de sus cualidades, como ser más o menos extrovertido o inhibido.
Un entorno propicio para superar la timidez es aquel donde se proporciona al niño seguridad y estabilidad emocional, tranquilidad y muestras físicas de afecto frecuentes como abrazos o besos, donde su presencia es considerada y atendida.
La timidez del niño puede vencerse en un entorno familiar seguro, pero sin sobreprotección. Por el contrario, la sobreprotección, el estrés de los padres o las conductas poco socializadoras de la familia tendrán un efecto negativo sobre el comportamiento social del pequeño. Los hijos de madres más estresadas y con una vida social más escasa son los que tienen más probabilidades de ir acompañados por su timidez hasta la adolescencia.
Algunos consejos
- Acoger el estilo comunicativo del niño/niña. La reacción de algunos padres ante la timidez de sus hijos es insistirles a que sean más abiertos y obligarlos a tener una conducta para la que no están preparados. Lo mejor que podemos hacer cuando el pequeño actúa con timidez es no insistir, ni forzarle, ni obligarle; cuanto más le digamos, menos conseguiremos. Es bueno que los padres enseñen a sus hijos a saludar, pero es desaconsejable que obliguen a dar besos cuando ellos no quieren.
- Evitar la sobreprotección. Los padres sobreprotectores toman la palabra en el nombre de los niños y acuden a consolarles cada vez que se muestran retraídos. Esto, sin embargo, no ayuda a que el niño supere poco a poco su timidez. Tampoco es aconsejable evitar a toda costa las situaciones que pueden ser incómodas para el pequeño, ya que el aislamiento social solo acrecienta el problema.
- Evitar etiquetar. Las etiquetas a los menores son peligrosas. No es recomendable escudar ante los demás la actitud del pequeño con el clásico "es que es muy tímido". Ante una situación nueva, es mejor dejar que se relaje poco a poco, hasta que la acepte con normalidad.
- Dar el ejemplo. Si los pequeños observan que sus padres adoptan un comportamiento y una actitud sociable ante las circunstancias nuevas (no se muestran inhibidos, ni retraídos cuando conocen a alguien o llegan a un sitio desconocido), aprenderán y asumirán esta forma de actuar con toda naturalidad.
- Oportunidades para relacionarse. Siempre es bueno juntarse a comer con otras familias que tengan niños de la misma edad de tus hijos, invitar a algún amigo a comer o a dormir en casa, inscribirlos en actividades deportivas de equipo, o salir con frecuencia al parque. Éstas son algunas de las oportunidades que los padres pueden ofrecer a hijos tímidos para que practiquen sus habilidades sociales. Es importante acompañarlos al principio para darles la seguridad que necesitan y, poco a poco, dejar que se adapten con naturalidad a las nuevas situaciones.
- Reconocer sus méritos. Un pequeño gesto desinhibido supone un importante esfuerzo para un niño tímido. Por eso, es importante que los padres valoren sus actitudes positivas ante la timidez y reconozcan con palabras el mérito del pequeño. Este reconocimiento le ayudará a confiar en sus capacidades y le hará sentirse más seguro en futuras ocasiones.