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55 Congreso Chileno de Pediatría
Revista Chilena de Pediatría - Octubre 2015
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NEONATOLOGÍA
MORTALIDAD EN PREMATUROS EXTREMOS: QUINQUENIO 2010-2014. SERVICIO
NEONATOLOGÍA HOSPITAL HERNÁN HENRÍQUEZ ARAVENA DE TEMUCO
Ampuero C
, Vargas S, Harcha A, Román A, Bustos L.
Facultad de Medicina, Universidad de La Frontera. Servicio Neonatología, Hospital Hernán Henríquez Aravena,
Temuco. Capacitación, Investigación y Gestión para la Salud Basada en Evidencia (CIGES), Universidad de La
Frontera, Temuco.
Introducción:
La mortalidad de los prematuros extremos contribuye en forma significativa a la mortalidad neonatal.
Conocer el comportamiento de la mortalidad en nuestro centro, así como las principales causas de muerte en este grupo,
nos permite optimizar los recursos según nuestra realidad local. El objetivo fue analizar la mortalidad de los prematuros
extremos nacidos en el quinquenio 2010-2014 ingresados al servicio de neonatología y su relación con el sexo, peso de
nacimiento y edad gestacional. Además conocer las principales causas de muerte de acuerdo al peso de nacimiento y a
la edad de ocurrencia de la muerte.
Materiales:
A partir de la base de datos del Servicio de Neonatología, se obtuvo los
antecedentes clínicos del 100% de los prematuros menores de 32 semanas y/o con peso de nacimiento menor a 1500g,
nacidos en el quinquenio 2010-2014. Se analizó la mortalidad global, de acuerdo al peso de nacimiento, edad gestacional,
sexo y según la causa de muerte de acuerdo a la clasificación de Wigglesworth. Para el análisis estadístico se utilizó Stata®
13.0.
Resultados:
La muestra estuvo constituida por 732 prematuros extremos. El promedio de peso fue de 1204g (DE 368)
y la edad gestacional media fue de 28,9 semanas (DE 2,6), de los cuales el 57,7% fue de sexo masculino. La mortalidad
global fue de 14,3%, sin diferencias en su distribución por sexo (p= 0.595) y año de nacimiento (p=0.685). El rango de peso
en el que se observó mayor mortalidad fue entre 500-599g con un 52,2% y a la edad gestacional de 24 semanas con un 62,5%,
excluyendo el rango de peso < 500g y edad gestacional de 22 semanas donde se observó un 100% fallecidos. El 63,8% de
los fallecidos lo hizo durante la primera semana de vida. La causa principal de muerte la constituyeron las condiciones
asociadas a prematurez (45,7%), seguidas de infecciones (34,3%), malformaciones congénitas (10,5%), hipoxia perinatal
(8,6%) y misceláneas (0,95%). De acuerdo a la edad de ocurrencia de la muerte; los fallecidos durante la primera semana
de vida correspondieron a causas relacionadas a la prematurez e infecciones, entre los 8-28 días fueron las infecciones y las
malformaciones congénitas y después de los 28 días causas asociadas a infecciones tardías.
Conclusiones:
La sobrevida se
observó a partir de las 23 semanas con una mortalidad alta de alrededor del 60%, estableciéndose un quiebre significativo a
partir de las 26 semanas con una mortalidad de 27%, estabilizándose desde las 28 semanas en un 6%. Las causas de muerte
en los menores de 800g estuvieron relacionadas a la prematurez, mientras que en los mayores de 800g se sumaron las
infecciones a la causas derivadas de la prematurez. En los mayores de 1.000g comenzaron las malformaciones a ser causa
importante de la mortalidad. Las causas asociadas a prematurez determinaron el fallecimiento durante la primera semana de
vida, mientras que las infecciones y las malformaciones congénitas determinaron la muerte posteriormente.
TÚNELAORTO-VENTRICULAR
Soto C
, Jorquera A, Villalón H, Pinto M, Hosiasson S.
Servicio de Neonatología Clínica Las Condes, Universidad de Chile.
Introducción:
El túnel aórtico -ventricular es una malformación cardíaca congénita de etiología desconocida e incidencia
baja. El diagnóstico prenatal o post natal temprano es difícil y el tratamiento quirúrgico debe ser precoz. La importancia
de este caso, es aportar a la incorporación de esta condición entre los diagnósticos diferenciales, ya que por su baja
prevalencia, tiende a ser desconocido.
Caso Clínico:
Hijo de madre primigesta de 34 años, aparentemente sana. Embarazo
único. A las 18 semanas se pesquisa comunicación interventricular membranosa de 4 mm, con tractos de salida normales y
aorta cabalgada sobre tabique < 50% e insuficiencia aórtica moderada, se plantea malformación tipo Tetralogía de Fallot.
Se realiza Fish del cromosoma 22, en células amnióticas, observando 2 señales positivas, las que también se encuentran
en el cariotipo materno. Paterno normal. Por deterioro unidad feto placentaria, oligohidroamnios y presentación podálica,
a las 37 semanas, se realiza cesárea. Recién nacido Apgar 9-9. Soplo diastólico II/VI como único hallazgo. Adecuada
adaptación post-natal. Ecocardiografía post natal: Túnel aorto-ventricular izquierdo de 4 mm en cabo aórtico y 6 mm
en ventricular. Función ventricular sistólica conservada. Fracción de acortamiento VI 35% y fracción de eyección 65%.
Cavidades izquierdas dilatadas, AI 13 mm y VI 24 mm. Sin derrame pericárdico. Eco abdominal y encefálica normales.
Padres rechazan estudios genéticos. Cirugía correctora, exitosa y sin complicaciones. Alta en excelentes condiciones,
con LME y buen incremento. Actualmente, 5 meses de edad, eutrófico y desarrollo psicomotor normal. Normalidad
cardiovascular y profilaxis EBSA.
Conclusiones:
Descrito en 1963, es una malformación congénita rara (0.1% de las
cardiopatías congénitas). Es una comunicación entre la aorta ascendente (por encima de la unión sino tubular) y cavidad
del ventrículo izquierdo generando insuficiencia cardíaca. En ocasiones, se asocia a otras malformaciones: atresia
coronaria, válvula aórtica (20%), estenosis válvula pulmonar (5%) y compresión del tracto salida del ventrículo derecho
por obstrucción subpulmonar. Hay aproximadamente 130 casos reportados en la literatura. Clínicamente, se manifiesta
como un soplo sisto - diastólico en foco aórtico, evolucionando habitualmente a una insuficiencia cardíaca en primer
año. La ecocardiografía-doppler, es el estudio de elección, y en casos complejos, cateterismo y/o angioresonancia. No
se ha asociado a síndromes genéticos, y actualmente, no tiene marcadores moleculares. El tratamiento quirúrgico debe
ser precoz, por el riesgo de insuficiencia aórtica severa. La sobrevida tras cirugía aumenta de un 20 % a un 100%. La
precocidad del diagnóstico es muy importante e idealmente debe ser antenatal o post natal inmediato, para así aumentar
la sobrevivida y diseñar una estrategia terapéutica adecuada.