COVID-19: ¿CÓMO AFRONTAR UN POSIBLE DUELO?
Fuente: Diario Mi Hijo Ed.69Explicar el fallecimiento de un ser querido a un niño es realmente difícil, y si le sumamos que nos encontramos en tiempos de aislamiento, aún más. Es posible que, con el confinamiento, los sentimientos de tristeza o dolor se retrasen en expresarse porque la realidad del día a día no es a la que estamos acostumbrados, así es que después del aislamiento será un momento clave para empezar a aceptar la pérdida de un ser querido, si lamentablemente así llegase a ocurrir.
Lo que los pequeños pueden entender sobre la muerte dependerá de su edad, experiencias de vida y su personalidad. Es importante que los adultos seamos honestos con ellos, que creemos una atmósfera de confianza que transmita el mensaje de que no hay una manera correcta ni equivocada de sentirse en estos momentos.
¿Cómo explicar la muerte con un lenguaje entendible?
Hasta los 5 o 6 años de edad, la imagen que tienen los niños del mundo es muy concreto. Para los niños de esta edad, es difícil entender que todos los seres vivos acaban muriendo, que esto es algo definitivo y que ya no volverán. Por eso, después de que les haya explicado esto, es posible que te pregunten insistentemente dónde está ese ser querido o cuándo va a volver. Por muy frustrante que esto resulte, se le debe insistir que esa persona se ha ido para siempre y ya no volverá. Dependiendo de tus convicciones religiosas, éste puede ser un momento de conversar abiertamente sobre esas creencias.
Deben evitarse los eufemismos, como decir a los niños que los seres queridos "se han ido lejos" o "están durmiendo" o incluso que su familia ha "perdido" a esa persona, ya que estas frases pueden, sin querer, inducirles a sentir miedo de irse a dormir o que se les abandone cuando alguien querido se vaya lejos.
Entre los 6 y 10 años, los niños empiezan comprender que la muerte es algo definitivo, incluso aunque no entiendan completamente que esto le ocurrirá a todos los seres vivos algún día, pero suelen darle una interpretación mágica. Un niño de 9 años puede pensar, por ejemplo, que si se porta bien o si pide un deseo, su abuela no se morirá. A menudo, a esta edad los niños imaginan la muerte personificándola y piensan en ella como "el hombre del saco" o un fantasma o un esqueleto. Pueden entender mejor la muerte si se les da explicaciones precisas, simples, claras y honestas sobre lo que ha ocurrido.
Cuando los niños entran en la adolescencia, empiezan a entender que todos los seres humanos finalmente mueren, independientemente de su categoría, su comportamiento, sus deseos o lo que sea que intenten hacer. Suelen cuestionarse la lógica que hay involucrada y los adolescentes tienden a preguntar sobre el sentido de la muerte a alguien que esté cercano a ellos. Un adolescente que pregunta por qué alguien tiene que morir, probablemente no está buscando respuestas literales, sino que está empezando a explorar la idea del sentido de la vida. Los adolescentes también tienden a experimentar cierta culpa, especialmente si muere alguno de sus amigos. Sea lo que sea lo que sienta el adolescente, lo mejor que puedes hacer es alentarlo a que exprese y comparta su dolor.
Algunas pautas
No es fácil enfrentar el duelo adecuadamente y, cuando hay niños en la familia, es muy importante la forma en que el adulto lo afronte, ya que será la imagen que se reflejará en cómo lo vaya a vivir el pequeño. Esta época de incertidumbre y de temor al contagio por coronavirus, hace que sea un momento muy confuso para nuestros hijos, y es ahora cuanta más seguridad necesitan para poder sobrellevarlo. Por eso, te proponemos una serie de pautas que te pueden ayudar en caso de que conozcas a algún familiar o amigo que esté enfermo o haya fallecido:
- Tener claro cómo vas a enfocar el tema. No solo se puede abordar desde la religión o las creencias que quieras inculcarle, también puedes apoyarte con otros recursos, como cuentos o incluso material audiovisual siempre disponible en las redes sociales.
- Es mejor que conozcan la noticia por ti, a que lo haga por cualquier otro familiar.
- Dar explicaciones cortas y sencillas.
- Si sientes tristeza, no finjas lo contrario. Es importante que tu hijo entienda que la enfermedad o la muerte forman parte de la vida y que cuando uno siente tristeza es importante expresarla, llorando, hablando de ella. Es importante no encerrarse en el sufrimiento, sino exteriorizarlo. Afronta la situación con la mayor naturalidad del mundo y vívelo cómo quieras vivirlo. Evita, eso sí, perder el control sobre la forma de expresar la pena o la rabia que esto te genere.
- Es mejor no dar falsas esperanzas. Si un familiar está enfermo, cuéntale lo que sabes sobre su estado de salud y no trates de reducir la incertidumbre y el dolor siendo ambiguo, lo cual no solo puede confundirles más a los niños, sino también puede significar que sientan que les mientes y empiecen a dudar de tí.
Para conseguir superar una pérdida y avanzar, los niños y adolescentes necesitan saber cómo hacerlo. Por ejemplo, hay familias que hablan de que la persona que falleció sigue vivo mientras que le sigamos recordando. También puedes realizar algún ritual que permita hacer más real lo que ha pasado y dar un cierre o despedida a esa persona, ya sea revisando fotos, escribiendo una carta con lo que nos gustaría decirle, o cómo nos sentimos con su partida.