El estrés infantil altera morfofuncionalmente el cerebro según la edad en que se presenta
(Medscape)El estrés en la primera infancia acelera la maduración cerebral, mientras que el estrés experimentado en la adolescencia lo retrasa, sugiere una nueva investigación.
Los investigadores siguieron a 37 individuos desde la primera infancia hasta la adolescencia y examinaron el impacto de los eventos negativos de la vida y las experiencias sociales negativas en el desarrollo del cerebro mediante imágenes por resonancia magnética.
Los investigadores evaluaron los estresores en dos etapas de la vida: la primera infancia (0 a 5 años) y la adolescencia (14 a 17 años). Descubrieron que el estrés en la primera infancia parecía estar relacionado con una maduración más rápida de la corteza prefrontal y la amígdala durante la adolescencia.
En contraste, el estrés adolescente actual se asoció con una maduración más lenta del hipocampo, el cíngulo anterior, el parahipocampo y la corteza prefrontal.
"La diferencia crucial en estos efectos se relaciona con cuándo sucedió el estrés", dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal, Anna Tyborowsky, candidata a doctora, en la Radboud University, en Nijmegen, Países Bajos.
"Lo que vemos en este estudio es que no solo el tipo de estrés sino, lo que es más importante, el momento en que se produce tiene un efecto diferencial en la maduración neuronal".
El estudio fue publicado en versión electrónica el 15 de junio en Scientific Reports.
Trayectorias del neurodesarrollo
"La adolescencia es una etapa crítica de desarrollo durante la cual una cascada de cambios biológicos conduce a profundas modificaciones estructurales en el cerebro", escriben los autores.
La maduración de los adolescentes es "prolongada", por lo que el desarrollo del cerebro es particularmente sensible a las trayectorias del neurodesarrollo "influenciadas por los efectos incubados de los factores estresantes de la vida temprana".
"Sabemos que los altos niveles de estrés crónico pueden ser perjudiciales para nuestra salud, pero se sabe muy poco sobre cómo los diferentes tipos de factores estresantes, encontrados durante diferentes períodos sensibles al desarrollo, afectan la maduración neural", comentó Tyborowska.
"Sabemos que regiones como la corteza prefrontal y la amígdala son muy susceptibles al estrés, y estas son las mismas regiones que están madurando durante la adolescencia, y están involucradas en el funcionamiento social y emocional", explicó.
Además, los cambios longitudinales en el volumen de sustancia gris en adolescentes pueden aumentar el riesgo de psicopatología en la vida posterior (es decir, rasgos insensibles y síntomas de internalización).
Para investigar el impacto del estrés infantil en el cerebro adolescente, los investigadores estudiaron a 37 niños (15 varones) que participaron en el Nijmegen Longitudinal Study on Child and Infant Development.