ASMA Y ANSIEDAD: UNA MEZCLA PELIGROSA EN PACIENTES PEDIÁTRICOS
Fuente: MEDSCAPENiños y adolescentes con ansiedad y depresión tienen tasas más elevadas de acudir a consulta al servicio de urgencias a consecuencia del asma, de acuerdo con un estudio publicado en la versión digital de Pediatrics.[1]
Investigadores analizaron datos de 65.342 pacientes pediátricos con asma que fueron incluidos en la base de datos de Massachusetts All-Payer Claims, y observaron que casi una cuarta parte (24,7%) tenía un diagnóstico adicional de ansiedad (11,2%), depresión (5,8%) o ambas (7,7%).
Además, pacientes con depresión y ansiedad concomitantes tuvieron el doble de probabilidades de acudir al servicio de urgencias por una urgencia relacionada con asma, en comparación con niños que tenían asma, pero sin diagnóstico de un problema mental.
La autora principal, Naomi Bardach, comentó: "Parte del motivo por el que nos centramos en las consultas en el servicio de urgencias es porque esto es un signo de que el asma de una persona no está controlada. Es un signo de que podríamos hacer algo mejor por ese niño".
La tasa global de consultas relacionadas con asma en el servicio de urgencias fue de 17,1 consultas por 100 años/niño. Sin embargo, en niños con ansiedad y depresión la tasa aumentó a 18,9 y 21,7 consultas en el servicio de urgencias por 100 años/niño, respectivamente. Los pacientes con ansiedad y depresión simultáneas tuvieron la tasa más elevada de consultas en el servicio de urgencias (27,6), casi dos tantos la tasa observada en niños sin diagnóstico de un problema mental (15,5).
Sin datos biológicos no está claro cómo la interacción de asma y ansiedad o depresión aumenta las visitas al servicio de urgencias, señaló Bardach, profesora de pediatría y política sanitaria en la University of California, en San Francisco, Estados Unidos.
Pero se sabe que el estrés y la ansiedad exacerban los síntomas de asma, de manera que es posible que el estrés sea la causa fundamental de las urgencias asmáticas del niño y su ansiedad, comentó a Medscape Noticias Médicas. Como alternativa, la depresión y la ansiedad podrían dificultar a un paciente apegarse a su medicación y controlar el trastorno, lo cual podría incrementar el riesgo de exacerbaciones.
Lo que está claro es que hay un vínculo significativo entre la salud mental de un niño y la frecuencia con que una familia acude a un servicio de urgencias por crisis asmáticas u otros síntomas graves. Así que hay un incentivo, continuó Bardach, para que los médicos de atención primaria valoren trastornos de la salud conductual, según recomienda la American Academy of Pediatrics , sobre todo en niños con asma.[2]
Asimismo, si el asma de un paciente no se controla o no responde a tratamiento, los neumólogos podrían considerar la evaluación de depresión y ansiedad, o remitir al paciente para valoración, como un posible paso siguiente.
En pacientes pediátricos que presentan asma y trastornos de la salud mental puede ser necesario un asesoramiento más intensivo en torno a medicación y reconocimiento de síntomas. La ansiedad y la depresión pueden dificultar más a los pacientes reconocer y responder a los síntomas, y podría ser difícil distinguir entre síntomas de asma, ansiedad y depresión, y efectos secundarios de medicación, afirman los autores.
Además, los médicos podrían considerar programar consultas de seguimiento con más frecuencia en estos pacientes, puntualizó Bardach, para asegurarse de que se apeguen a la medicación y controlen ambos o todos sus trastornos.