LA HORA DORADA: FORTALECIENDO LOS LAZOS
Fuente: Diario Mi Hijo Ed.105El primer momento después del parto es lo que se denomina la “hora dorada”. Este período es considerado crucial para el vínculo entre la madre y el bebé, así como para la salud y bienestar del recién nacido. Se recomienda encarecidamente fomentar durante esta “hora dorada” el contacto piel con piel entre la madre (o padre) y el recién nacido, ya que se considera una parte esencial del cuidado del recién nacido y la promoción del vínculo materno-infantil. Hay que tener en cuenta que, en algunos casos clínicos o situaciones médicas especiales, puede no ser posible realizarla de inmediato.
El contacto piel con piel en los primeros momentos del nacimiento, cuando el bebé está ajustándose al entorno fuera del útero, permite regular la temperatura corporal del bebé, ya que la piel de los papás proporciona un ambiente cálido y agradable. De la misma manera, este contacto proporciona al recién nacido un ambiente familiar y reconfortante. El olor, la voz y las caricias de los padres pueden tener un efecto calmante y tranquilizador en el bebé, reduciendo el estrés y la ansiedad.
La proximidad física y el contacto íntimo ayudan a establecer una conexión emocional profunda entre los primeros momentos de vida, lo que beneficia el desarrollo emocional y la relación en el futuro, fortaleciendo el vínculo entre los papás y el bebé.
También se facilita el inicio de la lactancia materna pues al colocar al bebé en el pecho de la mamá, es probable que instintivamente busque el pecho y comience a succionar. Por lo tanto, el contacto piel con piel ayuda a establecer una lactancia exitosa y temprana, proporcionando nutrición y beneficios inmunológicos al bebé.
Además, el contacto piel con piel puede ayudar a estabilizar las funciones fisiológicas del bebé, como la frecuencia cardíaca y la respiración. De la misma manera, la cercanía física puede tener un impacto positivo en el desarrollo cerebral del bebé ya que la estimulación táctil y sensorial en esta etapa temprana puede contribuir al desarrollo cognitivo y neurológico.
Esta cercanía entre la guagua y sus padres, puede reducir su nivel de estrés y ayudar a establecer un apego seguro, fundamental para el desarrollo emocional y social a lo largo de la vida.
¿Cómo practicar el contacto piel con piel?
Es una práctica relativamente simple que implica colocar al recién nacido directamente sobre el pecho desnudo de la mamá (o papá) de manera que haya un contacto íntimo entre la piel del bebé y la piel del adulto. Con mayor frecuencia se realiza en el contexto del parto y los momentos posteriores al nacimiento, es decir, durante la “hora dorada”, pero también puede ser una práctica beneficiosa en otros momentos, como durante la lactancia y en el cuidado diario del bebé.
Algunos pasos básicos para llevar a cabo el contacto piel con piel de manera efectiva son:
Preparación: Asegúrate de estar en un ambiente cálido y cómodo. La habitación debe estar a una temperatura agradable para el bebé y la madre.
Desnudez: Desviste al bebé dejando sólo el pañal. También puedes quitarte la parte superior de tu ropa y el sujetador si eres la madre, o simplemente desabrochar la camisa si eres el padre. El objetivo es asegurarse de que haya un contacto directo de piel a piel entre el bebé y el adulto.
Posición: Coloca al bebé sobre tu pecho desnudo, con la cabeza hacia un lado y la boca cerca del pezón.
Cubrimiento: Si lo deseas, puedes cubrir al bebé y a ti mismo con una manta o una toalla ligera para mantener el calor y la comodidad. Asegúrate de que el bebé todavía tenga acceso a respirar y que no haya obstrucciones.
Relajación: Permite que el bebé y tú se relajen y se acostumbren a la sensación del contacto piel con piel. Esto puede ser un momento muy íntimo y especial para establecer un vínculo emocional.
Observación: Observa las señales del bebé. Puede buscar instintivamente el pezón para la lactancia o simplemente descansar tranquilamente. Presta atención a las necesidades y reacciones del bebé.