DECLARACIÓN SOCHIPE: SOBRE SITUACIÓN DE NIÑOS Y NIÑAS EN CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y HAMAS
Como Sociedad Chilena de Pediatría, miembros de la Asociación Internacional de Pediatría (IPA), estamos comprometidos con la salud y el bienestar de los niños de todas las razas y etnias. Sólo garantizando estos derechos, podremos proteger a los niños y asegurar su futuro. Adherimos y hacemos nuestra, la reciente declaración de la IPA sobre el conflicto desatado en Medio Oriente.
El conflicto devastador en Israel y Gaza nos llena de profunda tristeza y preocupación. Éste ha producido actos de violencia indiscriminada contra civiles, con privación de derechos humanos básicos, suministros esenciales y acceso a atención médica.
Condenamos enérgicamente estos actos de violencia y en nuestra posición como Sociedad Científica, pero además como grupo profesional de la salud que lucha incansablemente por el bienestar de la infancia, pedimos la acción inmediata para socorrer a las víctimas del conflicto como son los niños, niñas y adolescentes que viven en esa zona.
Todos debemos esforzarnos por un trato justo, igualitario y digno hacia la infancia, por lo que estamos convencidos de que la seguridad debe ser prioridad bajo la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN).
Se deben garantizar los suministros básicos, tales como alimentos y abrigo, así como de salud, para las familias. También se deben proteger los corredores humanitarios que permitan el paso seguro de suministros y de civiles, apoyando en este aspecto la solicitud de la OMS para facilitar la entrega de dicha ayuda hacia la Franja de Gaza a través del cruce de Rafah. Estas acciones son imperativas para aliviar los efectos perjudiciales inmediatos de la guerra, en la salud física y psicológica de los niños. A pesar de que estamos conscientes, se necesitará mucho más para abordar el impacto que la exposición a la guerra y la violencia, producirá en ellos.
Hoy, en Israel y Palestina un niño puede perder su vida, resultar herido o discapacitado. Hemos visto con angustia el bombardeo de hospitales, recién nacidos en sus incubadoras que fallecen por falta de energía eléctrica y una serie de atrocidades más, en las que los principales afectados son niños y adolescentes. Hay otros que pueden sufrir abusos, perder a uno o ambos padres o a otros miembros de la familia. Por supuesto, pierden la oportunidad de aprender en la escuela y jugar con amigos. En resumen, los que sobrevivan perderán su infancia. Sus vidas no serán las mismas cuando termine la guerra. Llevarán por siempre las cicatrices del conflicto, con consecuencias generacionales duraderas.
Llamamos por este medio a la comunidad internacional, para unir fuerzas y abogar para que termine la guerra y se cumpla el derecho fundamental a la vida y a la protección de la infancia para los niños de Israel y Palestina.
SOCIEDAD CHILENA DE PEDIATRÍA